Alpha: quiénes somos
Uno nunca puede estar cien por cien en lo cierto sobre lo que piensa, pero creo que el motivo por el que Alpha nos llega a tocar la fibra sensible tiene que ver con algo más profundo que el hecho intrascendente del amor a nuestras mascotas. El director nos quiere conducir a la lágrima y sabe cómo hacerlo, dentro de esta historia de amistad y salvación entre un lobo y un niño-lobo. La película apenas tiene actores; sencillamente dos protagonistas: el chico y el animal, Alpha, que nos hará identificarnos más allá de la lástima y el aullido. Detrás de la alegoría que explica el origen de los canes, pareciera que se esconde un mensaje aún más profundo dentro de nuestro cerebro primitivo, que es posiblemente el que nos habla in crescendo, al mismo tiempo que la música, a medida que se acerca el final y el telón pide su turno. En el fondo, más allá del amor a los animales, de lo que esta película viene a hablarnos es de la confianza en el otro, de indistinción entre seres, de lo que todos alguna vez fuimos y vemos al mirar o al mirarnos en los ojos de otro ser vivo; de que, en definitiva, posiblemente, seas lobo, tigre, pájaro, mujer u hombre, todos tenemos esa intuición, porque sabemos que el origen de nuestra existencia forma parte de lo mismo.
Escrito en: Balas cinéfilas, Esteticismo Etiquetas: alpha, canes, lobos, origen de los perros, perros
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